Por eso Here

 

Here no tiene más objetivo que servir como excusa. Nunca será la finalidad sino que es y sirve como medio. Sólo busca facilitar el encuentro. Podríamos definirlo como un facilitador de esos que, sin notarse demasiado, posibilitan el desenlace final.

 

Sin dejar de dar el protagonismo a todo aquel que interactúe con los columpios que forman Here, la instalación creada por Col·lec se siente cómoda mostrándose en el centro de la plaza del futuro. El círculo que forman los andamios vestidos con finas telas donde se proyectará la luz invitan a adentrarse en un mundo compuesto por música y tonalidades cambiantes. Here tiende a protagonizar el descarrilamiento de la frialdad cotidiana para regalar espacios de encuentro.

 

Por eso, Here, promueve la informalidad del día a día. Esa que se ha perdido en la vorágine que nos domina. Los columpios que forman la instalación de la plaza del futuro no son más que la columna vertebral alrededor de la cual crearemos nuestra experiencia. Éstos se convierten, gracias al movimiento, en melodías y armónicas combinaciones de luces que consiguen llegar al clímax: la vida.

 

Además de facilitador, Here, es también un círculo infinito. Implica vida, ya sea en un principio o en un final. Queremos que la plaza del futuro conlleve todo lo magnífico que tenían las del pasado. Miramos el vacío que nos encontramos en los espacios destinados a albergar vida y vemos cementerios sociales. Por eso, Here, el círculo que no tiene principio ni final, tiene la misión de crear vida.

 

Las plazas de nuestra infancia estaban llenas de madres que vigilaban con el rabillo del ojo a sus hijos mientras se ponían al día con las demás. Eran esas plazas en que a partir de las cinco centralizaban todo el jolgorio del pueblo. Le llamábamos vida. Ahora le queremos llamar Here.

 

Las plazas del futuro parten de esta realidad perdida. Here busca recuperar la vitalidad del encontrarse por el simple hecho de compartir un rato. No funciona sin el valiente que se aventure a ser el primero en ofrecer su compañía y será eso lo que empiece a atraer a más gente para crear conjuntamente. Una vez vencido el miedo a romper los moldes, Here será la plaza del futuro, que no es otra que la plaza de siempre. Aquella de nuestra infancia.

 

Sabemos que necesitamos compartir, por eso, los columpios. Sabemos que nos encanta sentirnos parte del grupo, por eso colectivamente creamos armonías. Sabemos que sin los demás no llegamos a ningún sitio, por eso la mejor versión de Here es con todos los columpios buscando el techo del cielo. Sabemos que todo nace si se crea, por eso Here.